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Viernes 25 de noviembre de 2011
Para mal o para bien, la contundencia es el pedestal donde se asientan todos y cada uno de los resultados de estas pasadas elecciones. Nadie se escapa. Contundente ha sido el naufragio del partido socialista como el de un buque con la sala de máquinas patas arriba, en medio de un temporal. Cinco millones de ciudadanos buscando un trabajo que no encuentran, una economía estancada, cientos de miles de desahucios y la promesa de un programa electoral que nadie entiende por qué no se aplicó tres años antes, merecen un castigo ejemplar. Debían perder sin duda.

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